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miércoles, 20 de enero de 2021

SANANDO LA HERIDA PADRE-MADRE HIJO-HIJA


SANANDO LA HERIDA PADRE/MADRE - HIJO/HIJA

Si tu padre/madre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas. Tu labor será crear ese sentido de consuelo para el corazón dentro de ti mismo/a.

Si tu padre/madre nunca se ha compadecido de ti, con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos, así como con los de los demás. Tu labor será observar a alguien que practique la compasión, y practicarla tú mismo/a.

Si tu padre/madre silenciaba tu creatividad, tu labor será dar voz a cada impulso creativo que se presente. Pinta, escribe poesía, toca un instrumento, cuida las plantas, cocina, canta, baila, etc.

Si te sentías abandonado por tu padre/madre por la razón que fuera, incluyendo la depresión o el alcoholismo, tu labor será escuchar tu voz interior, tu conciencia, tu espiritualidad y nunca abandonarte tú mismo/a.

Si tienes alguna cuestión sin resolver con tu padre/madre y ha muerto o ha quedado emocionalmente incapacitado/a, puedes escribirle una carta (que guardarás tú o te enviarás a ti mismo/a) en la que expreses tu pena y tu enfado por no tener un padre/madre NUTRICIO(S), y exprésales que has llegado a aceptarlos y comprenderlos tal y como eran.

Entonces podrás sentirte agradecido/a por su presencia en tu vida.

Todos llevamos encima el peso de nuestro padre/madre por lo que es necesario sanar la ruptura padre/madre - hijo/hija tanto si tu padre/madre esté vivo/a como si no, para así poder sanar la profunda herida en tu naturaleza humana.

El elemento clave reside en que tú mismo/a te conviertas en un buen padre/madre. Con esa idea en la mente, asume la tarea de ser afectuoso contigo mismo/a.

- Basado en un extracto del libro de Maureen Murdock. 

La forma en que entiendes las heridas de tus progenitores, en especial la que tenemos con nuestro padre/madre, determina no sólo tu relación con los demás, sino con la herida del RECHAZO que esta deja, y después se convierte en tu vida en conductas huidizas (antes de que te rechacen, rechazas; antes de que te despidan, te vas; antes de que te dejen, tú terminas), y cualquier situación que percibas como rechazo, abre tu herida, a menos que esta esté sanada.

De la red.